Tras el suicidio de Jack, Hardy es apodado el peor policía de Inglaterra por los periódicos. El pueblo asiste al funeral, con la presencia de Karen, que desde que volvió a Londres recibió una mala bienvenida por su punto de vista sobre Jack. El sermón de Paul critica los perseguidores de Jack; aunque Hardy, al verlo cerca de los scouts, sospecha y descubre que el joven vicario es un ex-alcohólico reformado que golpeó a un niño en uno de sus estados de embriaguez.
Mientras el verano da paso al otoño, Beth empatiza con Cate Gillespie; la madre de otro niño asesinado, que odia a Hardy por su ineptitud a la hora de resolver el caso. Maggie y Olly descubren pruebas condenatorias contra el ex-marido de Susan, tras darle a Tom el patinete de Danny. Tras decir que lo estaba buscando, lo lleva a la policía, mientras Nige roba su perro.
Ellie y Hardy son llamados cuando un intruso es visto por la escena del crimen, aunque finalmente consigue huir y Hardy vuelve a derrumbarse.